3 respuestas sobre la minificción

Gracias a la revista La Cigarra por esta entrevista que aquí reproduzco.

3 preguntas a Úrsula Fuentesberain | minificción

Le hicimos tres preguntas a la escritora Úrsula Fuentesberain  en relación con nuestro dossier del No. 11, minificciones. Estas fueron sus respuestas.


¿Cuál fue la última anécdota que contaste? 

En la sexta Avenida y la calle 32 de Manhattan, hay hombresestatuasdesal. Los veo plantados en las banquetas con los ojos cerrados, totalmente inmóviles.

Es falso eso de inmóviles, sus párpados aletean como aletean los párpados de los soñantes.

Los veo y me pregunto quién es más libre, ¿yo, que pasaré las siguientes nueve horas en una torre de concreto y cristal escribiendo líneas para empujar a la gente a comprar más hamburguesas o ellos, que están a kilómetros de estas calles olorosas a basura, flotando en ríos caleidoscópicos y teniendo orgasmos en cada uno de los poros de su piel?

¿Qué no cabe en una minificción?

El fárrago. Los cuchillos desafilados.

Escribamos una minificción juntos: danos cinco pistas de la historia.

Primavera
May Blossoms
Los que Dios dijo
No saber si huele a sexo o a cadáver
Las calles sucias de pétalos blancos

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[GIF de Canek Zapata]

Úrsula Fuentesberain

1982. Celaya, Guanajuato. Escritora de cuentos, reseñas y derivas. Ha editado las revistas Día Siete Dónde ir. Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de narrativa y obtuvo también la beca FONCA jóvenes creadores. Hizo la maestría en escritura creativa de Sarah Lawrence College. Vive en Nueva York.
http://www.ursulafuentesberain.wordpress.com.

Puedes encontrar más trabajo de Canek Zapata aquí:
newhive.com/canekzapata/

Sirenas para Embelesados

 

1

Los Embelesados —hombres jóvenes y pudientes, cansados del sexo, el vino y demás estimulantes para arrobar sus sentidos— financiaron los primeros criaderos de sirenas en lo que antes habían sido granjas de pollos. Se dejaron los techos de lámina y las bandas de producción en serie. Los cambios fundamentales consistieron en sustituir los miles de focos por peceras y los delantales de plástico por tapones para los oídos.

2

Los Embelesados se pasean con Sirenas Chihuahua por todas partes. Las transportan en bolsos-pecera que combinan con los sacos de terciopelo que les gusta ponerse. Los cantos de las Chihuahuas son inofensivos, pero no por eso menos exasperantes. Sin embargo, los Embelesados nunca se inmutan ante las miradas de descontento de la gente, sino que se limitan a abrir su bolso-pecera y a decirle a su sirena con voz melosa: “¿Qué pasó, mi preciosura? Aquí está papi, aquí está papi”, a lo que la Chihuahua responde con más notas desafinadas y ondulaciones lascivas.

3

La Sirena Alfa fue creada por genetistas de varias partes del mundo y es la más hermosa de todas. Se diseñó usando las medidas de una supermodelo brasileña y los colores de los jarrones de cristal de Murano. Meter a dos Sirenas Alfa en el mismo tanque tiene resultados funestos: en minutos se descuartizan una a la otra. Su sangre es tan bella y tornasolada que los Embelesados más excéntricos pagan enormes cantidades de dinero para asistir a peleas clandestinas entre Alfas.

 

*Estas minificciones están publicadas en la antología Alebrije de palabras y son parte de una serie más larga que aparecerá en unos meses.

 

 

Britto García viaja a Las Indias

El siguiente es un cuento de Luis Britto García (1940, Caracas).

 

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Viaje por Las Indias

E adentrándonos en Tierra Firme por jardines, fallamos homes que el su natural es volar, como los pájaros. E los hay homes arbóreos, que florecen e frutecen e comen de sus propias semillas. E haylos otros que se tornan en las cosas que quieren, e son árboles e son rocas e son ríos y nubes. E otros los hay que el solo alimento que tienen es sus propias vísceras. E los hay de otra traza que todos los de un pueblo son un mismo home y es como si uno solo viviera en distintos lugares a un tiempo. E viven por allí otros que un solo home es muchedumbre de homes distintos. E haylos que remontan el tiempo e son sus propios padres y sus propias madres. E los hay que son de órganos y miembros dispersos y sueltos, que según su capricho y menester agrúpanse e disuélvense en toda suerte de quimeras. E haylo uno que él es al mismo tiempo el home y el mundo en el que aquél vive. E haylos que, asustados, escóndense dentro de su propio cuerpo y no hay manera de hallarlos. E las hay mugeres que son una selva y toda ella llena de los órganos propios, al modo que los viajeros, donde quieren, copulan. E los hay homes que son estrellas fugaces e en las noches de la canícula facen danza en los cielos. E homes los hay de un pueblo, donde el uno huele, el otro ronca, el otro come, el otro orina, e entre todos por partes facen las funciones completas de un solo home. E los hay como topacios, que en su fulgor se mellan las alabardas. E haylos que su vida entera dura un latido. E haylos que un sospiro suyo dura milenios. E haylos tan grandes que sus miembros figúransenos Tierra Firme. E tan pequeños que no son discernibles. E homes haylos también que son siempre olvidados una vez vistos. E haylos que toman la forma del que los mira. E haylos que son su propia sombra. E haylos que su raza tiene diez géneros de sexos, e ayuntan entre todos. E los hay que son sólo palabras e viven cuando las repetimos. E haylos también que son sólo imágenes e existen cuando las recordamos. E los hay que son idénticos a los que fuimos. E haylos que son los que seremos. E otros que son y han sido siempre cadáveres. E los hay de tal hechura, que no hay palabra para referirlos. E haylos de condiciones tales, que de nadie es creída su existencia. E otros hay, que son sólo un aroma. E haylos, que son manchas de luz. E los hay estotros, que son tachones de sombra. E encontramos homes que eran un gran sexo, e vivían dentro de una muger que era sólo una gran funda. E haylos otros que son sólo órganos de los sentidos. E haylos con sentidos configurados de tal forma, que por ellos sólo conocen el deleite. E haylos que son sólo una melodía. E por horror de la maravilla, matámoslos todos.

Un burdel de tres paredes y nuevas sueñerías de Shua

Casa de geishas
Ana María Shua
Posdata Editores, Monterrey, 2011.
 

Este conjunto de minificciones está dividido en dos partes. La primera le da su nombre al libro y es un lugar donde el lector mira una burdel a escala con muchísimos cuartos y sólo tres paredes. La segunda, “Versiones”, retoma el tema onírico de La sueñera (1984) pero introduce una práctica que yo no le conocía a la Shua: tratar un mismo tema desde diferentes perspectivas. Esto lo he visto en varias antologías de minificción (El cuento jíbaro y El libro de la imaginación, por ejemplo), pero donde más me gusta como se logra es en 83 novelas de Alberto Chimal (descargable desde el widget de Box.net en la barra derecha de este blog), quien por cierto, publicó El Viajero en el Tiempo es esta misma colección de Posdata, Hormiga Iracunda.

Va un extracto pa’ que se les antoje. En la Ciudad de México lo encuentran en El Péndulo:

 

Una minificción-prólogo, minificción-ars poética:

El reclutamiento
Las primeras mujeres se recluían aparentemente al azar. Sin embargo, una vez reunidas, se observa cierta configuración en el conjunto, una organización que, enfatizada, podría convertirse en un estilo. Ahora la madama busca a las mujeres que faltan y que ya no son cualquiera sino únicamente las que encajan en los espacios que las otras delimitan, y a esta altura ya es posible distinguir qué tipo de burdel se está gestando y hasta qué tipo de clientela podría atraer. Como un libro de cuentos o de poemas, a veces incluso una novela.

Ésta hay que leerla con diccionario en mano:

Los disfraces y las fantasías
Las mujeres se disfrazan para hacerse más atractivas, se disfrazan para cumplir las más feroces fantasías. Están dispuestas a ponerse un disfraz de oveja, de ombú o de bauxita. Pero sólo una vez y para siempre. Y es inútil rogarles que se lo quiten, que retiren de uno esas raíces enormes que lo aprisionan contra la tierra, ese vaho metálico capaz de mineralizar tu lengua, esos vellones que provocan en los clientes sensibles el crecimiento de grandes cuernos retorcidos.

Aquí el enigma en el cuento se siembra con cuatro palabras y me recuerda a “Cefálea” de Cortázar:

Gimnasia
Para mantener sus cuerpos gráciles, las mujeres de la Cara asisten diariamente a sesiones de gimnasia. La profesora las insta a redumar los fibrillos, un dos tres, un dos tres. Como la mayoría de los ejemplares de su especie, la profesora de gimnasia es rígida y exigente. Se niega a aceptar que no todas sus alumnas tienen fibrillos y otras carecen de la articulación que les permitiría redumarlos. El grupo de las vertebradas exige su renuncia. A las demás les da lo mismo.

¿Dónde está la mamá? ¿Por qué la hermana insiste en morder a la narradora?

Fruta con bichos
Muerdo una fruta. La fruta tiene gusanos. Los gusanos son contagiosos, dice mi mamá. Por eso me pica tanto. Me quito las zapatillas y las medias. Tengo gusanos blancos, movedizos, entre los dedos de los pies. Si me los saco, vuelven a brotar. Son molestos pero vale la pena: cuando mi hermana nos vea, no va a querer morderme nunca más.

Lo fantástico desde la primera línea, sin explicaciones, orgánico como una enredadera:

Problemas legales de las enredaderas
Una mujer se convierte en enredadera. Crece lentamente cubriendo las paredes exteriores y el techo de la casa. Sus herederos intentan ejercer sus derechos. Se nombra a un abogado, se acude a tribunales, se cosen expedientes. Sin embargo, resulta imposible certificar la muerte. La enredadera asiste a las audiencias con las raíces envueltas en algodón húmedo, exhibe sus documentos, responde cortésmente a las preguntas del juez, que (es evidente) le tiene miedo. Uno de los nietos se atreve a la tijera de podar. Al separar la planta de sus raíces, se derrumban las paredes de la casa, que sólo la enredadera sostenía. Lamentablemente, el terreno vale poco.

Lo onírico:

Agua fría
Agua fría en la cara para borrar los rastros del sueño, para borrar los restos de la pesadilla. Agua fría en la cara lisa, sin facciones: borrada.

Nótese el peso que “Olímpicos” y “divinamente” tienen sobre el texto:

Guión cinematográfico
En una primera versión la protagonista es muy joven, apenas adolescente, pero se percibe que así resulta difícil ahondar conflictos, se la ubica entonces en los veinticinco años, es rubia, está casada, hasta que súbitamente se la prefiere hombre, un muchacho charlatán que envejece de un día para el otro, ciertas exigencias argumentales lo convierten en un anciano débil de mirada rojiza, legañosa y a continuación en una niña demasiado astuta. En el momento de transformarse la niña en perro, en ese viejo pastor inglés que se ganará, simpático y lanudo, el aplauso del público, sus células estallan desparramando sobre la mesa de trabajo una sustancia gelatinosa y ardiente que devora al material bibliográfico, los casetes, al guionista mismo, el edificio de la productora y poco a poco al mundo, la galaxia, el universo entero reducido a ese punto mínimo, previo al primer latido, una historia que cualquiera podría encontrar monótona, uniforme, pero que encierra todas las historias para ese Conjunto de Olímpicos Espectadores que aplauden. Divinamente fascinados.

Lo metatextual:

El respeto por los géneros
Un hombre despierta junta una mujer a la que no reconoce. En una historia policial esta situación podría ser efecto del alcohol, de la droga o de un golpe en la cabeza. En un cuento de ciencia ficción el hombre comprendería eventualmente que se encuentra en un universo paralelo. En una novela existencialista el no reconocimiento podría deberse, simplemente, a una sensación de extrañamiento, de absurdo. En un texto experimental el misterio quedaría sin desentrañar y la situación sería resuelta por una pirueta del lenguaje. Los editores son cada vez más exigentes y el hombre sabe, con cierta desesperación, que si no logra ubicarse rápidamente en un género corre el riesgo de permanecer dolorosa, perpetuamente inédito.

A Dante lo tradujeron mal:

Copista equivocado
La acróbata echa fuego por las narices y los payasos se atraviesan con espadas y los elefantes tienen las trompas obturadas con tapones de acrílico y los leones vomitan la cabeza del mago y si la tradición menciona círculos es quizá por error de algún copista: en ocho circos (un solo director con su tridente) seremos castigados.

La mini de terror:

Quizás apendicitis
Operación de rutina. A la altura de la vesícula biliar, el bisturí tropieza con un obstáculo impenetrable a su filo eléctrico. Con las dos manos, el cirujano extrae una perla gigantesca que muestra, entre los hilos rojos, su brillo de nácar. El equipo de cardio se distrae por un momento, el anestesista mismo parece encandilado. Entonces, en forma repentina, se cierran las valvas del paciente. Después, empieza la digestión.

 

 

Instrucciones: lea y relea, deje que las palabras retumben en su cabeza hasta conseguir una novela

 

 

Una reseña que hice sobre 83 novelas, libro de minificciones de Alberto Chimal.

Clic en la imagen para seguir leyendo.

Un trabajo como cualquier otro

Conocí a una novelista alguna vez. Vivía adentro de una máquina de palomitas. Cada vez que los granos de maíz comenzaban a tronar, ella gritaba: “¡Piratas a estribor!”, tomaba un pincel, lo bañaba en mantequilla y escribía «fuego a discreción» o «maten a esas malnacidas» en el vidrio de la palomera. Entonces una lluvia amarilla y viscosa caía sobre las palomitas y las aplacaba. La novelista reía ante la inminente derrota de sus adversarias y giraba hacia el público para recibir los aplausos y hacer una reverencia. Uno que otro despistado comentaba lo sobrenatural del espectáculo, pero era rápidamente corregido por alguien más avezado que le contestaba: “Nada tiene de sobrenatural el asunto, de eso viven los escritores”.

*Este es un logo-rally, es decir, un juego Oulipiano en el que se construye un texto a partir de una lista de palabras que deben ser incorporadas en orden de aparición. Las palabras fueron: novelista, máquina, piratas, pintar, público, sobrenatural. Las tomé de esta minificción de Julio Torri.